"Que no es malo el amar las criaturas, con tal que en ellas amemos a Dios".
Si te agradan los cuerpos, toma de ellos motivo para alabar a Dios, y haz que el amorque les tienes, vuelva y llegue hasta su Criador; no sea que en las cosas que te agradan a ti le desagrades tú a El.
Si te agradan las almas, ámalas en Dios; porque aun ellasson mudables, y sólo fijas en él tienen firmeza y estabilidad; y de otra suerte faltarían y perecerían. Amalas, pues, en él, y lleva contigo hacia él cuantas pudieres, y diles: Amemos a este Señor, amemos a éste, que hizo todas estas criaturas, y no está lejos de ellas. Porque no las hizo, y se fue; antes bien el mismo ser que les dio, lo conservan estando ellas en él.
San Agustín. Confesiones Libro 4, cap. 7, 18