Una impresión superficial suele paralizar el apostolado alma a alma. A los que nos rodean no les interesa Dios. A primera vista, parece que los seres humanos persiguen múltiples y dispares objetivos: negocios, política, arte, literatura, diversiones, deportes... Todo menos Dios. Pero en realidad, lo que buscan bajo esa variedad de actividades en una cosa sencilla, infinitamente simple y conmovedora en su simplicidad: AMAR Y SER AMADO. Todos tienen hambre y sed de felicidad, de amor verdadero. Quieren tener una razón de vivir a escala de su corazón.
Tomás Morales SJ