No os amaba yo, Señor; ante bien os era desleal: y andando así perdido, por todas partes oía mis aplausos. Porque tener amistad con este mundo, es apartarse de Vos: y por ese apartamiento recibe el hombre aplausos en el mundo, para que se avergüence, si no persevera en la unión y amistad de quien le aplaude tanto.
San Agustín. Confesiones, Libro 1, cap. 13, n.21