En Nápoles ha sido muy alabada esta obra (Práctica del Amor a Jesucristo); pero poco o nada me importan a mí los aplausos de los hombres, mi único deseo es hacer amar a Jesucristo en estos tiempos en los cuales parece que vive de todos olvidado. Si el mundo no le ama, amémosle con todo nuestro corazón a lo menos nosotros, que a Él nos hemos consagrado.
San Alfonso María de Ligorio a una religiosa.