Comprendo ahorra que todas las almas no pueden ser iguales; es necesario que haya entre ellas de diferentes tipos a fin de honrar especialmente cada una de las perfecciones de Dios. A mí, me ha dado su Misericordia infinita y a través de ella contemplo y adoro las otras perfecciones divinas. Entonces todas se me presentan radiantes de amor...
Santa Teresa de Liseux
Historia de un alma. Cap.8, p. 292-293, San Pablo 1994. Colombia