El amor a Jesucristo comunica a sus amadores una total indiferencia, de tal forma que se les hace todo igual, lo dulce y lo amargo. Con igual paz se emplean en las cosas grandes que en las pequeñas; en lo que les mortifica, lo mismo que en lo que les halaga; les basta entender que en esto agradan a Dios.
San Alfonso Marìa de Ligorio
Práctica del Amor a Jesucristo
Cap. 7 p.40
CIRCA-MAR, Arequipa, 1996